Esta nueva temporada ha comenzado con una visita a una preciosa ciudad manchega, Cuenca, ciudad que yo conozco muy bien gracias a mi primo Enrique, pero esta vez fue distinta ya que me acompañaban tres de mis mejores amigas que logran que los veranos sean maravillosos y cortos, gracias.

Cuenca arraigada en las montañas de la zona centro-este de España. Originalmente fundada por los árabes, sigue conservando el recinto histórico amurallado, con sus empinadas calles, pero algo que se olvida cuando de un lado a otro vas admirando su espléndida naturaleza.

Historia y belleza natural
A nuestros pies las espectaculares hoces del Huecar y del Jucar, pasamos por el arco de Bezudo, llegamos hasta lo que actualmente es el Archivo Histórico Provincial, que se encuentra ubicado en el edificio que fue castillo, desde el siglo X hasta el siglo XV; que fue cedido por Felipe II para Tribunal de la Inquisición y en el que nos recibió una estatua de Fray Luis de León.
La Catedral de Cuenca
Poco a poco nos adentramos en la propia ciudad y llegamos hasta su Catedral, un templo de grandes dimensiones, tiene una longitud de 120 metros y 36 metros de altura en su área central interna, ocupando una superficie de 10.000 metros cuadrados.
La catedral fue consagrada en un primer momento por San Julián, segundo obispo de Cuenca y posteriormente lo fue de nuevo, bajo la advocación de Santa María en el año 1208, por el obispo Rodrigo Ximénez de Rada.


Interior de la Catedral de Santa Maria y San Julían
Santa María y San Julián es el templo principal de la ciudad de Cuenca, tras una larga y estupenda visita, paseando llegamos al bonito restaurante, antigua casa de nuestro cantautor José Luis Perales, con una espléndida terraza desde la que seguimos admirando esta bonita ciudad, donde almorzamos un fantástico menú a base de gastronomía conquense: el ajo arriero, croquetas de morteruelo.
Las Casas Colgadas y el arte abstracto
Seguimos con nuestro paseo y así llegamos al mayor emblema de esta ciudad, las Casas Colgadas, que hoy albergan el museo de Arte Abstracto.
Cuenca es cuna de grandes artistas: Gerardo Rueda, Fernando Zóbel (del que conocimos algo de su obra en una de nuestras revistas) y por supuesto Gustavo Torner los tres formaron la llamada escuela conquense.


Descubriendo a Gustavo Torner
Muchas veces cuando he ido a los cines Renoir de la calle Princesa de mi Madrid, me llamaban la atención las esculturas que se encontraban en la plaza de Emilio Jiménez Millas, más conocida por los madrileños como la plaza de los cubos, ya que dicha obra está compuesta por cubos de acero en un difícil equilibrio de composición, realizada por Gustavo Torner.
Iglesia del siglo XVI San Pablo
Pues bien, fue después de nuestra visita a Cuenca y tras visitar un espacio concebido y diseñado por el artista dentro de la antigua iglesia del siglo XVI San Pablo, donde resolví el enigma, algún día os escribiré algo de este artista autodidacta y de profesión ingeniero forestal.
Terminada la visita volvimos al autocar que nos trajo hasta Madrid.

Como una imagen vale más que mil palabras os dejo algunas fotos de todas las que pudimos hacer de esta desconocida y bonita ciudad, Cuenca.